Es por eso que, además de un viaje de aventura, el MT Suzuki Raid ha aportado unos granos de trabajo solidario, ya que cada equipo ha ido repartiendo ropa, material escolar o juguetes para los niños, por las diferentes poblaciones que ha atravesado el convoy.
El proyecto ha contado con el apoyo de OLIPES desde el primer momento, debido a que aunaba dos factores que identifican a nuestra marca con este tipo de acciones: primero el carácter solidario que hemos mencionado, y en segundo lugar, el mundo del automóvil en condiciones de exigencia extrema; el banco de pruebas ideal para comprobar la tecnología y calidad de nuestras grasas, aceites y lubricantes.
Además de aventura y solidaridad, dentro “la familia” que ha formado el grupo de pilotos, asistencias y organizadores, se han compartido buenos momentos de risas y complicidad junto con otros de esfuerzo y fatigas, que han contribuido a establecer buenas amistades dentro del grupo.
Y como dicen los pilotos dakarianos… ¡¡a prepararse para la siguiente!!
Si os habéis perdido la primera edición de la Suzuki Raid Adventure, no os preocupéis, en Semana Santa habrá una segunda oportunidad con nuevos desafíos, pero conservando el mismo espíritu con el que ha sido creado.